Un grito desesperado

La violencia que se vive en los últimos meses, en el Bajo Cauca antioqueño tiene alarmada a toda la población, siendo Caucasia el municipio más afectado, donde son asesinadas tres o más personas al día, muchas de ellas inocentes.
El miedo que se tiene al salir a la calle es cada día mayor, pues ya ni los niños están a salvo y en cualquier lugar público a cualquier hora, pueden llegar en motocicleta pistoleros y acabar con la vida del que está sentado al lado. La disputa por territorio entre estos dos ex paramilitares Daniel Rendón Herrera, alias “don Mario” y Ángel de Jesús Pacheco Chancí, alias “Sebastián”, ha dejado pérdidas humanas, el año pasado se registraron 200 asesinatos, lo que presento un incremento del 70% de mortalidad, el más alto de Antioquia.
El problema también se ve reflejado en la economía; gran parte del comercio urbano se ha visto al punto de quiebra. Los lugares de entretenimiento han sido uno de los más afectados en la región, recibiendo incluso amenazas.
Esta guerra se ha convertido en un problema de todos los habitantes de la zona, en donde las posibilidades de solución son pocas, o mejor no está en manos de la población. Lo anterior lo corrobora un habitante del municipio: “Todos queremos una solución para este problema y aunque no es fácil le pedimos al Gobierno Nacional que nos preste la protección necesaria. Necesitamos seguridad para nuestras familias y ante todo que no se nos viole el derecho a la vida y menso a personas inocentes como lo somos muchos y lo son nuestros hijos.” Jorge Benítez. Comerciante.
Es por esto que la población caucasiana y habitantes de regiones vecinas, han optado por manifestar su problemática e inconformidad, con una marcha pacífica por las principales calles del municipio, pidiendo desesperadamente y muchos a gritos, paz y tranquilidad para todos.
En una marcha son contratiempo, a la que asistieron aproximadamente 1000 personas, se evidencio el desespero que ha desencadenado esta guerra en todos los habitantes de Caucasia, al extrañar la libertad y hasta su vida misma, debido a que los miedos han sido tan grandes que muchos se han sometido a estar encerrados en sus casas.
Todas estas manifestaciones son con el fin único, de que el presidente y su Gobierno busquen las medidas necesarias y establezcan una solución rápida a esta guerra de criminales, y que las medidas de seguridad sean reforzadas para que haya resultados rápidos y positivos.